martes, 17 de agosto de 2010

EL CAZADOR Y EL INFAME AGOSTO: un mes raro y perro.

VAYA MESECITO DE AGOBIO Y CALOR, Y UNO AQUÍ CON DOS TRABAJOS Y SUDANDO COMO UN MARRANO JABALÍ DANDO VUELTAS EN UN HORNO. UN MES QUE VA A SER PARCO EN ENTRADAS, EN ARTÍCULOS E INCLUSO EN COMENTARIOS.
EN EL TINTERO SE QUEDAN UNOS CUANTOS ASUNTOS PARA EL MES DE SEPTIEMBRE YA ESPERANDO PORQUE:

¿¡ESTA CERRADO POR VACACIONES!?

VOLVERE DESCANSADO SI ES POSIBLE Y VOLVEREMOS A VERNOS LAS CARAS, MIS CRIATURAS, ahora disculpadme si no me levanto... DE LA TUMBONA EN LA PLAYA.


ME TOCA EL MERECIDO DESCANSO DEL GUERRERO, pues los músculos están doloridos y la neurona echa humo.


Y COMO DECÍA LA CANCIÓN: NOS VEMOS POR LOS BARES.

¡BUENA CAZA!

miércoles, 4 de agosto de 2010

EL CAZADOR Y LAS LEYENDAS IBERICAS: San borondon, la octava isla canaria.

ESTAMOS EN PLENO VERANO, RONDANDO LOS 40 GRADOS Y MAS DE UNO DESEARÍA DESCANSAR SUS DESHIDRATADOS Y SUDOROSOS HUESOS EN ALGUNA ISLA PARADISÍACA. LAS ISLAS CANARIAS SON UNO DE ESTOS DESTINOS ELEGIDOS POR PROPIOS Y EXTRAÑOS. POSEEDORAS DE UN CLIMA ENVIDIABLE Y RODEADAS DE LEYENDAS ANTIGUAS ESCONDEN SECRETOS EN SU REDUCIDA OROGRAFIA REPARTIDA POR 7 ISLAS... ¿O SON 8 TAL VEZ?.

SE DICE DE ELLAS QUE SON LAS ISLAS AFORTUNADAS, ALGUNOS CAZADORES AFIRMAN INCLUSO QUE SON LOS RESTOS QUE QUEDAN DE LA DESAPARECIDA Y MÍTICA ATLANTIDA,  que no es decir poco aunque hay un relato aun mas "inquietante" en torno a las islas afortunadas y es aquel que desde hace mas de 500 AÑOS habla de su que, dotada de vida propia, aparece y desaparece de la vista casi a voluntad, OCTAVA ISLA HERMANA, ESTAMOS HABLANDO DE SAN BORONDÓN: LA ISLA FANTASMA.
*Fotografía de San Borondón, junto a Tenerife, obtenida por el periodista Jaime Rubio desde Gran Canaria

ESTE RELATO ANTIGUO SOBRE LA ISLA FANTASMA ES REGISTRADO POR PRIMERA VEZ EN EL SIGLO XV CUANDO LAS ISLAS SON CONQUISTADAS Y SUS HABITANTES EXTERMINADOS, comienzan entonces a oírse los relatos de una octava isla, que a veces se divisaba al oeste de La Palma, El Hierro y La Gomera envuelta en vapores y destellos de lluvia reciente. Cuando los navegantes intentaban aproximarse a ella, y se encontraban a la vista de sus costas, montañas y valles, la isla era envuelta por la bruma y desaparecía completamente como si fuera una isla fantasma.
Debido a sus características y comportamientos extraños, como el aparecer y desaparecer o esconderse tras una espesa capa de niebla o nubes, ha sido llamada "la Inaccesible", "la Nom Trubada", "la Encubierta", "la Perdida", "la Encantada"... Estamos en pleno siglo XV y en cualquier mapa que consultemos de la época podremos identificar un innumerable cantidad de monstruos que pueblan el mundo marino y que son temidos y respetados por los marinos, así que no es de extrañar que ESTA ISLA MISTERIOSA FUESE RÁPIDAMENTE RELACIONADA CON LA MÍTICA BALLENA DE SAN BRANDÁN, EL MARINO, ES DECIR SAN BORONDON.
 Brandán el Navegante ( 484 –578), también llamado Brandano, Barandán o Borondón, fue uno de los grandes monjes evangelizadores irlandeses del siglo VI. Abad del monasterio de Clonfert, Irlanda que fundó en el 558 ó 564, fue protagonista de uno de los relatos de viajes medievales más famosos de la cultura celta medieval, relatado en la Navigatio Sancti Brandani, una obra que fue redactada en los siglos X o XI.
La leyenda de su viaje se extendió durante siglos por la Europa cristiana.

DE ACUERDO CON EL RELATO, PARTIÓ EL 22 DE MARZO DE 516 JUNTO CON OTROS 16 MONJES EN BARCO BUSCANDO EL PARAÍSO TERRENAL Y DE PASO EVANGELIZANDO A LOS SALVAJES INFIELES CON LOS QUE IBA TOPANDO. Después de un largo viaje, recaló en un mar lleno de islas; la identidad de éstas ha sido motivo de controversias, y se ha afirmado que posiblemente se tratara de la Terranova, lo que haría de Brandán quizá el primer europeo en llegar a América, también se la identifica con las islas del mar Caribe o las islas Canarias.
 La leyenda cuenta que los monjes celebraron una misa de resurrección en una de las islas que resultó ser una ballena, y ahí nació la leyenda de la isla errante en las aguas del Océano Atlántico.

EL ESPACIO FÍSICO DE ISLA MISTERIOSA:

Leonardo Torriani, ingeniero encargado por Felipe II para fortificar las Islas Canarias a finales del siglo XVI, describe sus dimensiones y localización y aporta como prueba de su existencia las arribadas fortuitas de algunos marinos a lo largo de ese siglo. Esta isla se localizaría al oeste del Archipiélago, a 550 kms. en dirección oeste-noroeste de El Hierro y a 220 kms. en dirección oeste-sudoeste de La Palma, aunque según otros «testigos» que dicen haberla visto, se sitúa directamente entre las islas de La Palma, La Gomera y El Hierro.
*Entrada natural a la isla fantasma.

Según Torriani y citando fuentes fidedignas de la época y haciéndose eco de relatos de marinos que habrían tomado tierra antes de sumergirse, San Borondón mediría 480 kms. de largo (de norte a sur) y 155 km de ancho (de este a oeste), formando hacia el medio una considerable degollada o concavidad y elevándose por los lados en dos montañas muy eminentes, siendo la mayor de las cuales la de la parte septentrional.

*Mapa del norte de África de 1707 según Guillermo Delisle.
*Ampliación del mismo donde se aprecia la isla algo al oeste de Canarias. Desde el siglo XIII hasta 1755 se puede encontrar documentada la existencia de esta isla en un sinfin de Mapamundis.


OBJETIVO CONQUISTAR LA ISLA ESQUIVA:

La leyenda de San Borondón llegó a adquirir tal fuerza en Canarias que durante los siglos XVI, XVII y XVIII se organizaron expediciones de exploración para descubrirla y conquistarla. Entre ellas pueden enumerarse

-Finales del siglo XV: Fernando de Viseu, sobrino del Infante Don Enrique el Navegante de Portugal.
-1526: Hernando de Troya y Francisco Álvarez, vecinos de Gran Canaria.
-3 de abril de 1570: Hernán Pérez de Grado, regente de la Real Audiencia de Canarias; afirma a su regreso haber estado en sus costas y haber perdido allí a parte de sus tripulantes.
-1570: Fernando Villalobos, regidor de La Palma, con tres navíos.
-1570: Alonso de Espinosa, gobernador de El Hierro.
-1604: Gaspar Pérez de Acosta y Fray Lorenzo de Pinedo, franciscano y marinero; sólo hallan una acumulación de nubes y celajes en el horizonte.
-1721: Juan Mur y Aguirre, Capitán General de Canarias.
-1732: Gaspar Domínguez, capitán de mar y vecino de Santa Cruz de Tenerife, con una balandra.

 *Balandra correo que con una tripulación de 20 personas hacia la ruta a "Las Americas".
    Se creyó a pies juntillas en su existencia, y no faltaron relatos detallados de algún que otro navegante que juraba haber desembarcado en la isla y haberla explorado antes de que volviera a hundirse en el Océano. En algún tratado internacional firmado por el Reino de Castilla, haciendo referencia a Canarias, se hablaba de la soberanía castellana sobre las islas de Canaria descubiertas y por descubrir; como quien dice, por si acaso. La isla fue llamada Aprositus, Inaccesible, y en otras versiones de la leyenda recibe el nombre de Antilia o Isla de las Siete Ciudades, ciudades que se suponían fundadas por siete legendarios obispos.

    LA ULTIMA EXPLORACIÓN DE SAN BORONDON:

    ALGUNOS DATOS HEMOS IDO DESCUBRIENDO DEL DESCUBRIDOR MODERNO DE SAN BORONDON, UN DESCONOCIDO NATURALISTA QUE FUE CONDENADO AL OSTRACISMO tras afirmar haberse paseado por la isla de las siete capitales y cuyos testimonios gráficos fueron completamente desechados por la rígida sociedad Britanica, su nombre EDWARD HARVEY.
    En los archivos del siglo XVIII aparecen investigaciones oficiales realizadas por las autoridades de la Isla del Hierro, en la que declaran decenas de testigos que afirman haber visto la isla encantada desde las cumbres herreñas. 
    *Que poco podía imaginar este joven aventurero que terminaría ignorado y frustrado por haber tocado tierra donde nadie mas lo ha podido testificar. 

    OS DEJO PARTE DEL DIARIO DE EDWARD HARVEY, CONCRETAMENTE CUANDO TOMAN TIERRA EN UNA ISLA DESCONOCIDA Y TIENEN QUE EFECTUAR REPARACIONES EN SU BARCO "LA CRUZ DEL SUR" Y APROVECHAN PARA EXPLORAR:


    15 de enero de 1865. Territorios desconocidos.

    Anoche no pude descansar. Me encuentro bastante incómodo en el camarote. El balanceo continuo, al que debería estar ya acostumbrado, no hace más que desvelarme. He decidido con el capitán que me trasladaré a tierra. Entre los equipos que hemos traído para la expedición hay varias tiendas de campaña que nos servirán de refugio en el campamento que montemos en la costa. Los marineros llevan un buen rato desembarcando enseres de todo tipo en la playa. Que el barco esté vacío, además, facilitará las labores de reparación a las que han de someter el Cruz del Sur .
    Estamos en la montaña más alta del territorio, la tarde se ha despejado y hemos podido divisar prácticamente todo el contorno del territorio y he llegado a la conclusión de que estamos en una isla, posiblemente deshabitada. Hay unas nubes bajas sobre el bosque que nos impiden reconocer la parte noreste de la isla, pero el resto es totalmente visible desde aquí.
    Estamos en una isla. Una isla desconocida y deshabitada, una isla en medio del océano. Empiezo a albergar la esperanza de que estos territorios desconocidos sean San Borondón.
    Contaré lo que ha acontecido en todo el día de hoy:
    Al desembarcar, Simón ya había elegido el lugar donde montaríamos el campamento. Nos hemos instalado un poco alejados de la costa, en una zona boscosa, por lo protegidos que estaríamos en caso de más lluvias. Mientras Simón daba las órdenes oportunas para el montaje del campamento, y se dedicaba a coordinar y a realizar las labores más complicadas, decidí ir con dos marineros que iban en busca de víveres hacia la parte superior de la isla. El camino de ascenso fue bastante complicado, y en algunas ocasiones arriesgado. Estaba todo muy embarrado debido a las lluvias que habían cesado esa misma mañana. Por cada dos pasos que dábamos, descendíamos uno. Debíamos subir a la cumbre y averiguar de una vez por todas dónde nos encontrábamos y si había alguna población cercana en la que poder solicitar ayuda. Tras largas horas de ascenso durante las que atravesamos unos espesos bosques de árboles entrelazados y suelos musgosos, escalamos el último tramo de la montaña, más escarpado y rocoso. Estábamos en una isla, y solos. No había ningún indicio de asentamiento humano. En ese instante algo en mi estómago se encogió. Me di cuenta, en lo más alto de la isla, que me encontraba en San Borondón. 
     En el descenso, los marineros se dedicaron a cazar unos reptiles de una especie totalmente desconocida que hubiesen podido atrapar con las manos, ya que no huían ante la presencia de los hombres, pero a los que disparaban por miedo a ser atacados (ya que poseen un aspecto bastante fiero). Los dibujé en cuanto llegamos al campamento, antes de que estos bárbaros se comieran una nueva especie desconocida hasta ahora para la ciencia. Cuando descendíamos, otro hecho insólito perturbó el ambiente: íbamos ya hacia el campamento cargados con las capturas, cuando un estruendo aterrador rompió el silencio. Todos los pájaros se callaron de repente, y de nuevo, aquel desgarrador alarido. Era similar al grito de una bestia, pero yo se lo atribuyo al viento o algún derrumbamiento en el interior de la isla. No hay criatura que pueda realizar tal sonido. Los marineros estaban bastante asustados y apresuraron su paso hasta el campamento. Cuando llegamos todavía quedaba un rato para que anocheciera y el campamento estaba totalmente listo: varias tiendas de campaña para pasar la noche, un gran fuego con el que calentarnos y preparar nuestros alimentos. No se podía pedir más.
    Me retiré con Simón y le comente mis sospechas respecto a la isla. Pareció muy satisfecho al entender que habíamos logrado el primer objetivo de nuestra misión. Ahora nos quedaba lo más difícil: estudiar la isla la mejor posible y saber regresar habiéndola situado en un mapa. Bajé hasta la costa con uno de los marineros, que hizo varias señales al barco que fueron contestadas de inmediato. El marinero me acercó hasta el Cruz del Sur . Le conté a Rafael Méndez lo que había acontecido hoy y mis sospechas de que nos hallábamos en la isla de San Borondón. Por un lado se sintió satisfecho y algo perplejo por haberla hallado de esa manera. Por otro lado, estaba algo temeroso por el miedo que sentía hacia lo desconocido. Se preocupó bastante por los que estábamos en tierra y podíamos sufrir algún peligro.
     Ahora me encuentro en el campamento, los marineros han bajado a tierra la mesa que tenía en mi camarote, lo cual les agradezco profundamente. Todos mis enseres están aquí: la prensa para la herborización; mis frascos de muestras; mi lupa; y mis láminas y pinceles de dibujo. Todo lo que necesito para realizar un exhaustivo estudio de lo que encuentre en la isla, incluidas la cámara fotográfica y las emulsiones de colodión -que tan extraordinarios e insospechados resultados están dando-.
    Mañana partiré junto con Simón a explorar la zona oeste de la isla. He distinguido claramente un gran volcán rodeado de malpaís y en la parte interior, entre las dos cordilleras que componen la isla, hay una ciénaga, o lago, que también me gustaría observar. Estoy realmente emocionado con estos hallazgos y con el hecho de haber conseguido el objetivo que me propuse. No es una leyenda, lo era porque nadie supo nunca situarla en un mapa con exactitud. Por eso decían que aparecía y desaparecía. Que era la non trubada . Pero ya no lo es. Ahora es mía y de la Corona Inglesa. Quiero explorarla hasta su último rincón, examinar cada especie animal y vegetal que habite en ella. No me importa no dormir más que unas pocas horas, quiero aprovechar todo el tiempo que me sea posible para recorrer este nuevo territorio. Así es cómo lo siento y cómo lo traspaso en estas líneas, que ahora, más que nunca escribo con gran emoción...

    RECIENTEMENTE SE ORGANIZO UNA EXPOSICIÓN ITINERANTE LLAMADA LA ISLA DESCUBIERTA, QUE REPRODUCÍA TIÑENDO DE FICCIÓN EL RELATO DE LA EXISTENCIA DE ESTA ISLA MISTERIOSA, no sabemos con que interés por que permanezca perdida en la tradición popular a ojos extraños.  Aun contando con estos atentados a su existencia, resulta asombrosa la tenacidad con la que la leyenda ha seguido viva en el folklore popular canario. San Borondón sigue siendo una presencia constante en la imaginación popular de las islas, y seguramente no hay isleño de Tenerife, La Palma, La Gomera o El Hierro que no haya oteado alguna vez desde las cumbres de su propia isla, buscando la isla perdida de San Borondón en el horizonte del oeste donde el sol se hunde en el azul cobalto del Atlántico.
    ¿QUE MISTERIOSA CONJUNCION DE ASTROS HACE APARECER Y DESAPARECER LAS COSTAS DE LA REALIDAD COTIDIANA?, ¿A QUIEN LE INTERESA MANTENER AUN MAS OCULTA LA ISLA FANTASMA? ¿Y QUE NUEVA FAUNA Y SECRETOS PODREMOS ENCONTRAR ALLI?.

    TAL VEZ UN DIA ESTA ISLA MISTERIOSA SE PUEDA CONVERTIR EN EL ULTIMO REDUCTO HABITABLE DE LA HUMANIDAD...

    ¡BUENA Y MISTERIOSA CAZA!